Cuando un cristiano cree a las promesas de Dios, debe comenzar a caminar rumbo a ellas y no esperar que lleguen solas.
Todo lo que Él nos promete como nuestro Padre es para cumplirse, no son solo palabras de confortación para una mala situación que pasemos. Nuestro deber es creerle, hacer sus palabras nuestras y tomar la iniciativa de materializarlas.
Las recompensas pequeñas en todo el proceso, son sólo parte del camino al éxito al que nos quiere llevar, no nos debemos detener en ellas ni conformarnos.
Hay un síndrome que ataca a los creyentes, que justo cuando logran salir de una situación complicada -principalmente económica-, desaparecen de la Iglesia sin siquiera agradecer las bendiciones recibidas. Rompamos el sistema y la religiosidad.
Dejamos este mensaje que bien podría ser útil para quienes desconocen los principios del reino sobre el diezmo y los pactos con el Señor.
Versículos revisados durante la audio-prédica (RVR1960):
Deuteronomio 8:18 = Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.Si desea descargar el audio en formato MP3, dé click en este link.
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