¿Cual es la diferencia entre los profetas del Antiguo y los del Nuevo Testamento? ¿Alguna vez lo ha analizado?
Antes de la venida de Jesús, la comunicación de Dios con su pueblo era sólo a través de un hombre, el profeta. Llámese Moisés, Elías, Isaías, Samuel o cualquier otro, pero siempre era un diálogo entre dos.
Con el nacimiento del Mesías, ya los tiempos del Nuevo Testamento, la comunión del Señor con sus hijos comenzó a darse a través del Espíritu Santo. Por la gracia y misericordia del Padre, la comunicación con sus hijos se logra con quienes demuestran realmente intenciones de escuchar su voz y se preparan para ello.
En el mensaje de esta semana, compartimos la importancia de que como profetas, sus hijos busquen el diálogo con Dios.
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Versículos revisados durante la audio-prédica (RVR1960):
2 Crónicas 18:1-3 = 1 Tenía, pues, Josafat riquezas y gloria en abundancia; y contrajo parentesco con Acab.
2 Y después de algunos años descendió a Samaria para visitar a Acab; por lo que Acab mató muchas ovejas y bueyes para él y para la gente que con él venía, y le persuadió que fuese con él contra Ramot de Galaad.
3 Y dijo Acab rey de Israel a Josafat rey de Judá: ¿Quieres venir conmigo contra Ramot de Galaad? Y él respondió: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo; iremos contigo a la guerra.
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