Una vez que hemos instalado nuestro altar de adoración en nuestra vida, debemos procurar que el fuego de este no se apague nunca. Este fuego no es otra cosa sino el Espíritu Santo que ya mora en nosotros y el cual debemos procurar que haya comunión con Él.
No hace falta más que mantener una vida plena de santidad para seguir otorgándole el mejor de los sacrificios de alabanza al Padre.
Versículos revisados durante la audio-prédica (RVR1960):
- Levítico 6:12-13 = 12 Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz.
13 El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.
- 2 Timoteo 1:6-7 = 6 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.
7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
- 1 Reyes 18:30 = 30 Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Otras audio-prédicas relacionadas:
Comentarios
Publicar un comentario