Molido por nuestras rebeliones y humillado para que además de salvos, pudiéramos vivir en bendición plena.
El Señor se entregó a sí mismo para que pudiéramos recibir todas sus promesas, pero no solo con la oración de salvación, sino con el compromiso de atender su llamado y realmente hacernos sus seguidores. Es tiempo que entendamos que como hijos de Dios no tenemos otro camino que Jesús.
El Señor se entregó a sí mismo para que pudiéramos recibir todas sus promesas, pero no solo con la oración de salvación, sino con el compromiso de atender su llamado y realmente hacernos sus seguidores. Es tiempo que entendamos que como hijos de Dios no tenemos otro camino que Jesús.
- Isaías 53 (RVR1960)
1  ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
 9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
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