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| El sacerdote en el Lugar Santísimo |
Años más tarde, el Señor dio su Nuevo Pacto con la llegada de su hijo y su sacrificio eterno, sin embargo, pese a que los cristianos actuales lo recordamos cada vez que tomamos la cena del Señor, aún hay riesgos de que este acto se convierta en solo un rito religioso.
Descargue la audio-prédica dando click a este link o escúchela directamente desde el reproductor de la parte inferior y reflexione sobre el verdadero sentido del sacrificio de Jesucristo y la Santa Cena.
Texto base del mensaje (NTV):
Hebreos 10:8-22 = 11 Bajo el antiguo pacto, el sacerdote oficia de pie delante del altar día tras día, ofreciendo los mismos sacrificios una y otra vez, los cuales nunca pueden quitar los pecados; 12 pero nuestro Sumo Sacerdote se ofreció a sí mismo a Dios como un solo sacrificio por los pecados, válido para siempre. Luego se sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios. 13 Allí espera hasta que sus enemigos sean humillados y puestos por debajo de sus pies. 14 Pues mediante esa única ofrenda, él perfeccionó para siempre a los que está haciendo santos.
15 Y el Espíritu Santo también da testimonio de que es verdad, pues dice:
16 «Éste es el nuevo pacto que haré con mi pueblo en aquel día —dice el Señor—:
Pondré mis leyes en su corazón y las escribiré en su mente».
17 Después dice: «Nunca más me acordaré de sus pecados y sus transgresiones».
18 Y cuando los pecados han sido perdonados, ya no hace falta ofrecer más sacrificios.
19 Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús.
También puede consultar Ezequiel 36:25 y 1ª Juan 1:9.
Texto base del mensaje (NTV):
Hebreos 10:8-22 = 11 Bajo el antiguo pacto, el sacerdote oficia de pie delante del altar día tras día, ofreciendo los mismos sacrificios una y otra vez, los cuales nunca pueden quitar los pecados; 12 pero nuestro Sumo Sacerdote se ofreció a sí mismo a Dios como un solo sacrificio por los pecados, válido para siempre. Luego se sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios. 13 Allí espera hasta que sus enemigos sean humillados y puestos por debajo de sus pies. 14 Pues mediante esa única ofrenda, él perfeccionó para siempre a los que está haciendo santos.
15 Y el Espíritu Santo también da testimonio de que es verdad, pues dice:
16 «Éste es el nuevo pacto que haré con mi pueblo en aquel día —dice el Señor—:
Pondré mis leyes en su corazón y las escribiré en su mente».
17 Después dice: «Nunca más me acordaré de sus pecados y sus transgresiones».
18 Y cuando los pecados han sido perdonados, ya no hace falta ofrecer más sacrificios.
19 Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús.
También puede consultar Ezequiel 36:25 y 1ª Juan 1:9.
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