AUDIO: Prédica - "Portadores de la verdad"

Sabedores de que nuestro Señor Jesucristo es el camino, la vida y en particular la verdad, surgen cuestionamientos que deberíamos respondernos como cristianos. ¿Somos realmente "portadores de la verdad"? ¿podemos decir que conocemos la verdad?
Como embajadores de Jesús, estamos obligados a revisar nuestro actuar y testimonio para saber si tenemos los cielos abiertos y si cosecharemos lo que estamos segando. Debemos buscar ser el pueblo de Dios y no sólo "este pueblo" a como nuestro Padre se refiere a Israel en los versículos escritos por el profeta Hageo que se revisan en el mensaje.
Para escuchar la prédica, Play en el reproductor o descárguela a su computadora en formato MP3 dando click aquí.
 
Esperamos sea de bendición para su vida esta prédica. A continuación, los versículos del primer libro de Hageo, versículos del 1 al 10 (RVR 1960):
1  En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo:
2 Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.
3 Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:
4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?
5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.
Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.
7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.
8 Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.
9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.
10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.
  

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